lunes, 24 de agosto de 2015

10 cosas que no sabías sobre el Harakiri o Seppuku

     Para abrirse el vientre recurrían al tanto, una daga de unos 30 cm similar a una katana pequeña. También disponían de una pequeña bandeja entre sus rodillas para recoger los intestinos tras el tajo.







1.     La muerte tenía lugar delante de un público.

     El proceso era presenciado por un grupo de espectadores, generalmente amigos, familiares o implicados de algún modo en el motivo de la muerte.


2.     El ritual comienza bebiendo sake.

     En realidad la muerte era (lógicamente) la parte final de un ritual más elaborado, en que se comenzaba bebiendo sake. Después, el samurái solía escribir un poema de despedida en su tessen o abanico de guerra. Finalmente, vestido de blanco (el color de los muertos) y con las manos bien envueltas en papel de arroz (era deshonroso morir con las manos manchadas de sangre), comenzaba la peor parte


3.     El suicida tenía un ayudante.

     En realidad muy pocas muertes tenían lugar de la propia mano del samurái. De ser así era un proceso prolongado y agónico que podía durar varías horas. A su lado asistía un kaishaku o ayudante, generalmente un amigo o familiar, que decapitaba al moribundo bajo una señal previamente acordada.
El ritual completo consistía en clavarse el tantō por el lado izquierdo con el filo hacia la derecha; cortar hacia la derecha firmemente y volver al centro para terminar con un corte vertical hasta casi el esternón.


4.     Muchos no llegaban a clavarse el puñal.

     Existía una creencia establecida de que cuanto más lejos llegara la víctima en el destripamiento, mayor era su valor. Sin embargo, muchos samuráis morían de la mano de su kaishaku justo antes o en el mismo momento de la primera puñalada. Aunque estos verdugos también a veces fallaban en su corte, aumentando en este caso el sufrimiento.


5.     El harakiri podía ser impuesto.

     Por el propio daimyo (el soberano feudal más poderoso) o por un tribunal, en el caso de que el guerrero hubiese cometido un robo, asesinato u otro tipo de falta al honor. Tradicionalmente se enviaba una carta con un tanto finamente elaborado para usarlo en el proceso y se otorgaban varios días a su destinatario para prepararse. De no llevarlo a cabo era ejecutado de la manera tradicional.


6.     Era un privilegio exclusivamente de la élite masculina.

    Las mujeres de noble cuna también podían practicarlo, en caso de caer en manos del enemigo, seguir a su señor a la tumba o un sinfín más de motivos. Pero se consideraba un suicidio a secas o jigai. Tampoco lo realizaban de la misma manera. Para ellas, consistía en atarse las rodillas o los tobillos (caer sin vida con las piernas abiertas era indecoroso) y seccionarse la arteria carótida.


7.     También era una decisión económica.

     El samurái deshonrado y su misma familia perdían todos sus privilegios y posesiones, que solían acabar en manos del Estado. Rehusar la posibilidad de rescindir su honor mediante el harakiri significaba ser ejecutado sabiendo que también condenaba a sus parientes a la pobreza y a la marginación social.


8.     El harakiri más conocido fue el de los 47 ronin.

     Alrededor de 1701, una discusión entre dos señores feudales terminó con la condena a suicidio para uno de ellos. Tras enterarse del suceso, 47 de sus samuráis (ahora ronin por no tener a quien servir) se reunieron para planear venganza.


9.     Fue oficialmente abolido en 1873.

     Desde entonces se ha seguido practicando. Especialmente tras el fin de la II Guerra Mundial, muchos soldados japoneses prefirieron cometer harakiri antes que aceptar la derrota ante el ejército estadounidense.


10.     Algunos de los últimos y más famosos harakiris fueron hace relativamente poco.

     Fueron los del escritor italiano Emilio Salaari, que se quitó la vida recurriendo a esta técnica en 1911. También el escritor Yukio Mishima y uno de sus pupilos, en 1970, se hicieron un haraquiri semipúblico como protesta por la miseria moral y la degradación que suponía el haber abandonado las antiguas virtudes japonesas y haber adoptado el modo de vida occidental


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